Parece una tarea sencilla, pero no lo es. De hecho, muchos actuamos casi por intuición cuando colocamos las botellas de vino. ¡Y no! Si nos gusta fresquito, lo metemos en la nevera; si lo preferimos ambiente, lo guardamos en algún mueble. Quién cuenta con una bodega o vinoteca en casa, no tiene problema. Pero no es tan fácil, y es que en todo este proceso se ha ido cometiendo algún que otro error. Aquí te dejamos unos tips básicos para la perfecta conservación del vino en tu casa. 

Ambiente y posición

Y es que una cosa es la temperatura de servicio, cómo nos gusta tomarlo; y otra muy diferente es la temperatura de conservación. Normalmente se recomienda mantener el vino entre los 10 y los 15 grados, sin que sufra ningún cambio brusco. 

Si aún así preferimos que esté un poquito más fresquito, se enfría antes de su consumo, ya que luego es muy probable que suba un par de grados. Pero nunca, nunca, se guarda en la nevera. No solo por la temperatura, sino por el ambiente: luz, humedad y ruido. 

  • Se recomienda una humedad del 70%, una sala/ espacio que mantenga sus condiciones para que no se seque el corcho de la botella (con humedad demasiado baja) y se produzca una oxidación prematura. 
  • No es recomendable exponer el vino a ningún tipo de luz, ya sea directa o parcial (como la que recibiría en la nevera). Es más, este es el principal motivo por el que el vidrio de las botellas es oscuro.  
  • Tampoco es aconsejable que las botellas estén expuestas a ruidos o vibraciones que perturben la constante evolución del vino. En este sentido, cualquier electrodoméstico de la cocina (nevera, microondas, campana) produce ruido.  

Otro de los puntos a tener en cuenta es la posición. Estamos acostumbrados a ver las botellas en horizontal y por imitación solemos colocarlas así en casa – siempre que el espacio lo permita-. Pero, ¿por qué? Pues porque de esta forma el vino entra en contacto con el corcho y así logra un aislamiento ideal con el exterior. 

 

Una vez abierta

Cuando queda una botella abierta, la conservación cambia por completo. Uno de los puntos más significativos es la posición. Si la botella ya se ha empezado, se recomienda guardar en horizontal: pero no solo por evitar que se derrame algo de vino -cosa que no debería suceder porque la botella debería estar bien tapada y sellada- sino para que el oxígeno solo esté en contacto con el vino, la menor superficie posible. 

En este caso, sí se podría utilizar la nevera como almacenamiento porque conservará mejor sus propiedades, ralentizando su degradación: temperatura constante entre los 12 y los 16 grados – un poquito más alta que antes de abrirla-. 

Por otro lado, y aunque no es desaconsejable, es mejor si cerramos la botella con otro elemento que no sea su corcho, ya que este ha estado contaminado con el aire exterior y aceleraría su oxidación. Se propone, en ese caso, una bomba de vacío o un tapón antiox.  

 

Sigue estos tips de conservación del vino y disfruta siempre, nada más abrir una botella o días después, del mejor vino posible. Eso sí, siempre con Barcolobo.